¿Alguna vez te has preguntado de dónde viene el agua que consumes? Posiblemente, ni siquiera le has prestado atención. Tan sólo abres la llave del grifo, o sacas una jarra de la nevera o destapas tu botella y enseguida calmas la sed, pero, ¿sabías que hay normativas internacionales así como pertinentes a cada país (desarrollado y en desarrollo), orientadas a determinar las concentraciones máximas de las sustancias presentes en el agua? Es decir, esta ley regula la potabilidad del agua.
Potabilidad del agua
Con el fin de garantizar que el agua que consumimos sea apta para beber, cocinar, preparar alimentos, en nuestra higiene personal u otros usos domésticos, la Organización Mundial de la Salud (OMS) se ha encargado de elaborar unas guías que detallen los reglamentos en torno al agua: su saneamiento y salud, su calidad, su desarrollo y monitoreo, al igual que el tratamiento que debe seguirse en el caso de las aguas residuales. De ahí surge la normativa para la potabilidad del agua
¿Por qué tanto trabajo? Estarás pensando y, hasta puede que digas: “Es sólo agua”; pero la verdad, es que no es solamente agua. Para empezar, el agua que sale del grifo puede provenir de ríos, lagos o acuíferos, incluso pozos subterráneos, y en ese sentido, viene acompañada por algún tipo de microorganismo, parásito, sustancia química o incluso radiactiva que supondría un riesgo para la salud humana.
Es por ello que cada país debe contar con plantas potabilizadoras de agua que ejecuten a cabalidad los lineamientos establecidos por la OMS en torno a este importante tema. De donde se derivan cuatro (4) pasos que garanticen el debido proceso de potabilización del agua :
Proceso de potabilización del agua
1) Fase de precloración y floculación, que consiste en eliminar los restos sólidos de gran tamaño. El agua se pasa por un filtro y se añade cloro para eliminar posibles patógenos.
2) Proceso de decantación, en el que se eliminan las partículas precipitadas en el proceso anterior mediante la separación de los líquidos de los sólidos al dejar reposar la mezcla por así decirlo, de modo que lo sólido se sedimente y mediante la aplicación de gravedad, puede ser extraídos.
3) El agua sigue un camino de filtraciones donde se eliminan partículas pequeñas y se clarifica el agua eliminando turbidez.
4) Cloración del Agua, se usa para eliminar los patógenos y desinfectar las tuberías por las que pasa el agua.
Una vez terminados este proceso de potabilidad del agua, pasa ya a la red de distribución. No obstante, la última línea de defensa entre la planta potabilizadora de agua y el consumo humano somos nosotros.
Es nuestro deber, velar porque las tuberías y grifos para el agua estén en óptimas condiciones para obtener agua potable.
ATENCIÓN PELIGRO: Las administraciones han de empezar a preocuparse por que la distribución de ese agua se haga de manera saludable ya que existen millones y millones de kilómetros de tuberías antiguas que generan trihalometanos (compuestos cancerígenos) al contacto del agua clorada con los metales de esas tuberías. Todo eso va al organismo con las consecuencias que pueden acontecer.
En aguasalud.es te recomendamos que mientras se toman medidas (si es que alguna vez lo hacen) encuentres alguna manera de purificar el agua de tu hogar, bien sea con nuestro purificador de agua, bien sea con cualquier otro filtro de agua que esté a tu alcance. Tu salud y la de tu familia esta en juego. Un juego muy peligroso del cual, la mayoría de la población no es consciente.
Para más información sobre el tratamiento de las aguas que prepara la OMS por favor visita el siguiente enlace: http://www.who.int/water_sanitation_health/dwq/gdwq3rev/es/